El español Agustín de Betancourt es conocido como un ingeniero de renombre mundial. El propio Napoleón Bonaparte admiraba su telégrafo óptico, capaz de transmitir señales luminosas a cientos de kilómetros, mientras que la Santa Inquisición consideraba sus inventos brujería y maquinaciones de Satanás. En 1808, Betancourt fue presentado personalmente al emperador Alejandro I, tras lo cual el ingeniero se trasladó a Rusia.

El 9 de diciembre a las 18:00 os invitamos a asistir a una conferencia en línea dedicada a Augustín de Betancourt (1758 – 1824), arquitecto y científico español que sentó las bases de la enseñanza de la ingeniería en Rusia. La conferencia será impartida por María García, arquitecta, diseñadora y art-manager de la Fundación Cultural “CdR en Barcelona”. 

El futuro ingeniero nació en la ciudad de Puerto de la Cruz en la mayor de las Islas Canarias: la soleada Tenerife. Desde pequeño fue aficionado a la mecánica, recibió la formación en París, y luego, siguiendo instrucciones del gobierno español, pasó varios años estudiando diferentes sistemas de navegación y máquinas de vapor en Europa occidental. Los disturbios en España obligaron a Betancourt a abandonar su país natal. Se trasladó a Rusia cuando ya tenía 50 años, y en tan solo 16 años logró realizar sus proyectos de ingeniería más atrevidos.

Gracias a la idea de este brillante arquitecto, en 1810 se abrió la famosa fuente “Una jóven con una jarra” en Tsárskoye Seló, que los poetas Aleksandr Pushkin y Anna Ajmátova enaltecieron en sus poemas. Betancourt inventó y puso en marcha una máquina de vapor para la limpieza de lechos de ríos y canales, y también construyó el primer puente de arco de siete vanos en Rusia, ahora Kamennoostrovsky. Las importantes creaciones de Agustín Betancourt incluyen sin duda la fundación del Instituto del Cuerpo de Vías de Comunicación, que se ha convertido en una de las instituciones educativas más autorizadas y prestigiosas de San Petersburgo.

Pero los principales símbolos de la estancia de Betancourt en Rusia son la catedral de San Isaac y la columna de Alejandro. Según los planos del ingeniero español, se diseñaron andamios y mecanismos especiales para levantar columnas y monolitos, sin los que el arquitecto francés Auguste de Montferrand no habría podido finalizar estos dos monumentos que hoy en día determinan el aspecto arquitectónico de la capital norteña de Rusia. Agustín de Betancourt es también el arquitecto del famoso edificio del Manège de Moscú, que presenta un techo de madera de 45 metros sin soporte interno, lo que permite maniobrar libremente dentro de este edificio a un regimiento de caballería. Este año, el edificio, construido en 1817, celebra su 205 aniversario y se considera el principal recinto ferial del país.

Nuestro próximo encuentro tratará sobre la vida del increíble ingeniero y arquitecto Agustín Betancourt, quien nos dejó un legado de sus creaciones e inventos únicos.