La historia de cada país guarda muchos secretos, haciendo que las generaciones futuras busquen, discutan, se pregunten y hagan descubrimientos. La historia de Rusia también guarda muchos de esos misterios. Y uno de ellos es el enigma del anciano  Fiódor Kuzmich de Tomsk.

El 27 de febrero a las 18:00 horas os invitamos a la segunda parte de la conferencia en línea “Aleksandr I y Fiódor Kuzmich: leyenda y realidad”. La autora y presentadora es la crítica y autora de numerosos artículos sobre la historia del teatro, profesora, productora y directora Olga Garibova.

Apareció de la nada: un anciano de setenta años con cabello canoso, montando un magnífico caballo. Afirmaba que no recordaba ni quién era, ni de dónde venía, ni hacia dónde se dirigía. Toda la vida posterior del anciano, hasta su fallecimiento, transcurrió entre la gente, y fue contada y descrita en varias ocasiones, pero nadie supo nunca su verdadera historia, solo se hicieron conjeturas. En la conciencia de sus contemporáneos y en las mentes de las personas de las generaciones siguientes, esta enigmática figura, debido a numerosas similitudes, se asociaba con la imagen del emperador Aleksandr I, fallecido en 1825 en Taganrog en circunstancias poco claras y en pleno apogeo de sus fuerzas. ¿Qué lleva a considerar una posibilidad tan increíble desde el punto de vista lógico?

Principalmente, la personalidad y el destino del propio emperador: las características de su psique, el análisis de sus acciones en diferentes períodos de la vida, así como su profunda religiosidad en los últimos años del reinado. Seguir el camino de la “esfinge rusa” es una tarea fascinante que guarda descubrimientos interesantes y sorprendentes.

El destino de Fiódor Kuzmich por sí mismo es digno de una novela que Lev Tolstói escribió, pero que la censura prohibió publicarla. Pero lo sorprendente es que el libro sobre el misterioso anciano, escrito por el primo hermano de Nicolás II, fue prohibido por su propio hermano coronado. Entonces, es aún más interesante para nosotros, no limitados por ninguna censura, sumergirnos en esta extraordinaria historia que solo podría haber ocurrido en Rusia, un país que siempre está a la espera de milagros.