Marcus Rothkowitz (el artista tomó el seudónimo de Mark Rothko en 1940) nació en una familia judía en la ciudad de Dvinsk, provincia de Vitebsk (ahora Daugavpils, Letonia). El niño recibió una muy buena educación, hablaba y leía en tres idiomas. Para proteger a sus hijos del servicio militar, los padres de Marcus decidieron emigrar a los Estados Unidos y se establecieron en Portland.

Disfrutando de un interés especial en el estudio de la luz, Rothko buscó expresar emociones humanas puras a través de su trabajo. Sus pinturas abstractas no fueron solo un experimento, sino una elección ética y una experiencia mística. Fue uno de los fundadores de “la puntura de campos de color”, una de las tendencias o estilos del expresionismo abstracto. Su obra “Naranja, rojo y amarillo”, vendida en 2012 por 86,9 millones de dólares en Christie's, se convirtió en una de las obras de arte de posguerra más caras jamás vendidas en una subasta.

El 31 de marzo a las 18:00 os invitamos a asistir a una conferencia en línea dedicada a la obra de Mark Rothko, durante la cual hablaremos sobre cómo ver y comprender las pinturas del famoso artista estadounidense del siglo XX. La conferencia se realizará en el marco del ciclo "El arte en la emigración", y será impartida por María García, arquitecta, diseñadora y art-manager de la Fundación Cultural “CdR en Barcelona”.

Habiendo iniciado su carrera en la pintura figurativa, el artista, fascinado por los frescos de Pompeya, presentó a los personajes de una de sus primeras series de pinturas dedicadas al metro de Nueva York, desprovistas de volumen cinematográfico. Los silenciosos pasajeros del metro se parecían a los héroes de las antiguas murallas romanas, varios siglos enterrados bajo las cenizas.

El surrealismo y el estudio del inconsciente basado en las obras de Freud y Jung tuvieron una influencia evidente en la obra de Rothko. De este período, las pinturas del artista aluden a los mitos bíblicos y antiguos, que siempre le interesaron a Mark Rothko y en los que vio los símbolos fundamentales de las vivencias humanas.

Por su condición, Rothko fue particularmente sensible a la tragedia de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. En aquella época, el artista dejó de representar la figura humana en sus cuadros que, según sus palabras, era impotente para expresar su miedo al hecho de la mortalidad. Para describir con mayor precisión las emociones humanas, Rothko comenzó a utilizar el color. El artista logró liberar el color de los límites de una forma claramente definida y crear los famosos “campos de color”: así definió el crítico de arte Clement Greenberg un nuevo estilo de pintura abstracta, a la que, además de Rothko, pertenecían Barnett Newman, Clyfford Still, Helen Frankenthaler, entre otros.