Valeri Briúsov era un demonio encarnado en la literatura y en la vida, pero no lo aparentaba visualmente. Vladislav Jodásievich recordaba que se encontró con Briúsov por primera vez cuando tenía veinticuatro años, y cuando él mismo contaba con tan solo once: “Su apariencia hizo tambalear mi idea de los “decadentes”. En lugar de un desaliñado con cabello lila y una nariz verde, vi a un joven modesto con bigotes arreglados. Llevaba un gorro, una americana normal y corriente con cuello alto. Jóvenes como él vendían artículos de mercería en la calle Sretenka. Briúsov presentaba una mezcla de exotismo decadente con la más simple burguesía”.

El 11 de abril a las 18:00 horas la Fundación Cultural ‘CdR en Barcelona’ y la Universidad Estatal de San Petersburgo os invitan a la conferencia en línea ‘Valeri Briúsov y 'El Ángel de fuego’. La conferencia será impartida por la candidata en ciencias filológicas Nina Shcherbak.

Valeri Briúsov nació el 1 (13) de diciembre de 1873 en Moscú. Vivía en el bulevar Tsvetnoy, en su propio apartamento con su esposa, Ioanna Matveyevna, y con su cuñada, Bronislava Runt.

En este apartamento tenían lugar los famosos “miércoles”, en los que se decidía el destino del modernismo ruso. En estas reuniones no se solían analizar los poemas del propio Briúsov, que debían ser recibidos como mandamientos. Es cierto, que el sentido de la igualdad en el comportamiento del poeta brillaba por su ausencia. Briúsov no amaba a la gente, sobre todo porque no la respetaba. La única mujer a la que realmente apreciaba era Zinaída Gipius.

A principios de 1900, Briúsov empezó a interesarse por el ocultismo, el espiritismo y la magia negra. Fue en este momento cuando conoció a Nina Petrovskaya.

En su libro “Necrópolis”, Vladislav Jodásievich definió con precisión la atmósfera de la época de aquel entonces: “El amor abría para el simbolista o decadentista un acceso directo y breve a un inagotable manantial de emociones. Bastaba con estar enamorado, y la persona se encontraba provista de todos los elementos de la primera necesidad lírica: pasión, desesperación, júbilo, locura, vicio, pecado, odio… Por lo tanto, todos estaban siempre enamorados: si no en realidad, al menos se convencían a sí mismos de que lo estaban; inflaban con todas sus fuerzas la más mínima chispa de algo parecido al amor”.

Quizás, el enamoramiento de Briúsov por Petrovskaya fue precisamente provocado por la necesidad de “empezar a sentir”. Cuando todas las emociones de esta relación se agotaron, Briúsov comenzó a escribir “El Ángel de fuego”, un libro en el que con cierta convención representó toda su historia con Nina. 

“El Ángel de fuego” es la primera novela de Valeri Briúsov, publicada en 1907 en la revista “Vesy”. Se basa en una historia de relaciones fantásticamente transformada entre Briúsov, Nina Petrovskaya y el poeta Andréi Bely. La novela inspiró al compositor Sergéi Prokófiev a crear una ópera homónima.

A lo largo de nuestra próxima conferencia descubriremos a quién dedicó Briúsov su famosa obra “El Ángel de fuego” y cómo esta novela, que fue criticada de forma implacable, influyó en la cultura rusa a principios del siglo XX.

Sobre la ponente

‍Nina Shcherbak, graduada en Máster de Artes en Gran Bretaña, es profesora en el Departamento de Filología Inglesa y Lingüística Cultural de la Universidad de San Petersburgo, escritora y guionista. Shcherbak también es autora de programas científicos de televisión, quince monografías y libros sobre lingüística, literatulogia, filosofía del lenguaje y literatura inglesa.

La conferencia se llevará a cabo como parte de la celebración del 300 aniversario de la primera universidad en Rusia y se realizará en línea, en ruso con traducción simultánea al castellano.