El 20 de junio a las 18:00 os invitamos a la segunda parte de la conferencia en línea ‘Vladímir Vysotski y Marina Vlady’, dedicada a la increíble historia de amor de una actriz francesa y un bardo soviético. La conferencia será impartida por el profesor Vidmantas Silyunas, doctor en Historia del Arte y Artista de Honor de la Federación de Rusia, Jefe del Departamento de la Escuela-Estudio MKHAT (Teatro de Arte de Moscú), y caballero de la Orden del Mérito Civil.

Vladímir Vysotski y Marina Vlady se casaron en 1970 en Moscú y luego se fueron en barco a Georgia. Después de su fantástica luna de miel les esperaba la primera separación. Él regresó a Moscú, ella a París. A Vysotski no le dieron permiso para viajar a Francia y no quedaba la esperanza de que Marina regresara pronto, ya que la famosa actriz no pasó la audición para actuar en la película ‘El Espejo’ de Andréi Tarkovski. Solo les quedaban cartas y largas conversaciones telefónicas nocturnas.

Solo seis años después de su boda, Vysotski recibió el permiso para salir de la URSS. La pareja comenzó a viajar por Europa, tratando de recuperar el tiempo perdido. Marina organizó varios conciertos de su esposo en París. La directora húngara Márta Mészáros, quien estaba filmando a Vlady en la película ‘Ellos dos’, ideó un papel episódico especialmente para Vladimir para que los enamorados pudieran estar juntos por más tiempo. Parecía que la vida iba mejorando, pero a pesar de su enorme popularidad, los poemas de Vysotski no se publicaban, los discos no se lanzaban y las obras de teatro que comenzaba a ensayar se retiraban del cartel del teatro.

Después de regresar a la URSS, comenzaron de nuevo las relaciones a distancia, la tristeza y la desesperación por la imposibilidad de cambiar la situación, los celos, el alcohol, las drogas y graves problemas de salud. Vysotski murió el 25 de julio de 1980 a la edad de 42 años. El día del funeral en Moscú hacía mucho calor y los Juegos Olímpicos de verano estaban en pleno apogeo. El gobierno soviético trató de hacer todo lo posible para no llamar la atención de la muerte del artista, amado por miles de personas, pero toda la nación se enteró enseguida. La fila al ataúd para despedirse de Vysotski se extendió por 9 kilómetros, mientras que sus canciones, que llegaban al fondo del alma, se escuchaban en miles y decenas de miles de casas.

Nuestra conferencia el 20 de junio tratará sobre los papeles legendarios y el funeral del ídolo de millones.