9 de maig
En conmemoración del 75 aniversario de la Victoria
Hermitage. La historia de una guerra
9 de maig
En conmemoración del 75 aniversario de la Victoria
Hermitage. La historia de una guerra
El 22 de junio de 1941, a las cuatro de la mañana, las fuerzas armadas alemanas atacaron las fronteras de la Unión Soviética. Comenzó la Gran Guerra Patria del pueblo soviético contra los invasores nazis, que duró cuatro años y costó la vida a 20 millones de personas.

Ese mismo día 22 de junio, Iosif Orbeli, el director del Museo Estatal del Hermitage, el principal museo del país y el segundo museo de arte más grande del mundo, firmó el documento sobre la evacuación de los tesoros del museo.

El embalaje de las obras de arte, entre las cuales estaban las de Leonardo da Vinci, Rafael, Tiziano, Rubens, Rembrandt, Giorgione, El Greco, les llevó días enteros, con pausas de dos o tres horas. Los empleados se turnaban para dormir en sillas o alfombras enrolladas en el suelo. Vinieron a ayudar voluntarios, actores, pintores, soldados y cadetes de las escuelas militares de Leningrado. Los lienzos se cortaban de sus marcos y los metían en cajas especiales preparadas para el traslado.

La operación de evacuación fue dirigida por Vladimir Levinson - Lessing – un brillante erudito, un gran experto en el arte europeo. Solo él sabía que el destino de las obras de arte era Sverdlovsk.

En total tres trenes tenían que llevar los tesoros de Hermitage a Sverdlovsk (a los Urales), pero partieron sólo dos. El cerco de la ciudad se completó antes de que pudiera salir el último tren.

El 8 de septiembre de 1941, las tropas alemanas ocuparon Shlisselburg y aislaron a Leningrado de todo el país por tierra. Comenzó el asedio de la ciudad, que duró 872 días. Aquel mismo día, el 8 de septiembre, los aviones alemanes irrumpieron a la ciudad y empezaron los bombardeos.

Pero la hambruna y las heladas del feroz invierno de 1941/42 fueron incluso peores que los bombardeos.

Los almacenes de comida fueron destruidos durante las incursiones aéreas alemanas en los primeros días del asedio. A partir del otoño de 1941, comenzó una hambruna en la ciudad, en la que entre diciembre y febrero murieron más de 250 mil personas.

Con el fin de proteger de los ataques aéreos Hermitage, que fue bombardeado deliberadamente por los alemanes como el "objetivo número nueve", se formaron unidades de defensa civil, y en los sótanos profundos y seguros del museo fueron acondicionados 12 refugios antiaéreos, donde hasta principios del año 1942 vivieron 2 mil personas. Todo este trabajo grande y complejo fue dirigido por el director del Hermitage Iosif Orbeli.

En un museo frío, destrozado por las bombas, sus empleados seguían con sus actividades científicas, y al mismo tiempo cuidaban a los enfermos del hospital local, llevaban a cabo trabajos de limpieza, vigilancia y preservación de los edificios del palacio y las obras de arte que se habían quedado.

Este trabajo diario interrumpían las celebraciones en la memoria de los grandes poetas Nizami y Navoi y algunas excursiones por los marcos vacíos del museo.

Mientras tanto, en la lejana ciudad de Sverdlovsk, a donde el enemigo no había llegado, el personal evacuado del Hermitage, bajo el liderazgo de Vladímir Levinson-Lessing, comenzó sus actividades científicas y creativas, con la ayuda de los colegas de museos locales. Historiadores del arte, restauradores, arqueólogos: todos ellos trabajaron y casi vivieron en una pequeña oficina que les fue asignada turnándose las 24 horas del día haciendo guardia de las  cajas con los tesoros del museo.

El 27 de enero de 1944, el asedio de Leningrado, que duró 872 días, finalmente fue levantado. Durante el asedeo, más de un millón de ciudadanos de Leningrado murieron de hambre y por los bombardeos.

El 3 de octubre de 1945 en Sverdlovsk empezaron a cargar cajas en los vagones de los trenes que iban a Leningrado. Los tesoros de Hermitage volvían a casa. El 10 de octubre los trenes  llegaron a su destino. El día 13 se completó la descarga, y el día 14 ya estaban colgando  las pinturas en sus salas. El 8 de noviembre las salas restauradas se abrieron al público.

El académico Orbeli preparó un discurso solemne con motivo de la apertura, pero tan pronto que pronunció las primeras palabras: "El Hermitage está abierto", la sala se ahogó en aplausos. Y el público se dirigió al museo, que acababa de empezar una nueva vida. Una vida sin guerra.

Memoria eterna a los caídos.


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